SAN JUAN BAUTISTA
San Juan Bautista fue el primer templo de la Villa Viciosa de San Juan de Pasto y la primera parroquia, por eso lo llamaron iglesia Matriz e iglesia Mayor. Esta obra arquitectónica construida en el proceso de fundación de la ciudad constituye una de las edificaciones más auténticas y representativas de la época colonial. Para el historiador Emiliano Díaz del Castillo, este templo “Posee la gloria de haber sido la primera y por muchos años la única parroquia en los septentrionales confines de la poderosa dinastía Incaica. (Todo lo que es hoy el Departamento de Nariño fue una sola y su cabecera la ciudad de San Juan de Pasto)”.Este templo ha sido escenario de acontecimientos importantes, como la ceremonia de elevación de la Villa de Pasto a la categoría de Ciudad, ocurrida el 17 de junio de 1559, cuando la Corona española le confirió un escudo de armas y la proclamó “muy noble y muy leal”. A partir de ese momento la ciudad se llamó San Juan de Pasto. San Juan Bautista fue la Catedral de Pasto hasta la construcción de la actual y, dada su dignidad, es ahora concatedral de la ciudad.
El frontis principal de acceso, por la calle 18, presenta una portada construida en sillares de piedra y un arco de medio punto flanqueado por dos columnas de estilo toscano. El frontis, dividido en dos cuerpos, y la torre se levantan sobre un muro de mampostería de piedras regulares de tamaño medio. Un gran vitral, con la imagen de San Juan Bautista, acentúa la importancia artística de este acceso.
La torre se levanta, hacia el lado izquierdo de la fachada, sobre cuatro cuerpos de fuerte composición geométrica, rematando en una cúpula de media naranja revestida de azulejos vidriados, verdes y amarillos. Este detalle corresponde a un típico recubrimiento morisco y alberga, entre sus muros superiores, un reloj de fabricación suiza. El acceso lateral por la carrera 25, sobre la Plaza de Nariño, cuenta con un pórtico de estilo barroco español con una talla labrada en piedra, copia de un diseño del pintor y escultor Miguel Ángel Buonarotti. El encanto de este acceso reside en la sencillez de la arquitectura colonial, de grandes superficies planas y blancas, que contrasta con el color y textura de la piedra tallada, de la teja española y del arte mudéjar, evidenciando el sincretismo de su estilo.
El frontis principal de acceso, por la calle 18, presenta una portada construida en sillares de piedra y un arco de medio punto flanqueado por dos columnas de estilo toscano. El frontis, dividido en dos cuerpos, y la torre se levantan sobre un muro de mampostería de piedras regulares de tamaño medio. Un gran vitral, con la imagen de San Juan Bautista, acentúa la importancia artística de este acceso.
La torre se levanta, hacia el lado izquierdo de la fachada, sobre cuatro cuerpos de fuerte composición geométrica, rematando en una cúpula de media naranja revestida de azulejos vidriados, verdes y amarillos. Este detalle corresponde a un típico recubrimiento morisco y alberga, entre sus muros superiores, un reloj de fabricación suiza. El acceso lateral por la carrera 25, sobre la Plaza de Nariño, cuenta con un pórtico de estilo barroco español con una talla labrada en piedra, copia de un diseño del pintor y escultor Miguel Ángel Buonarotti. El encanto de este acceso reside en la sencillez de la arquitectura colonial, de grandes superficies planas y blancas, que contrasta con el color y textura de la piedra tallada, de la teja española y del arte mudéjar, evidenciando el sincretismo de su estilo.
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